El estanque es uno de los
elementos más atractivos del jardín y merece la pena tenerlo siempre y cuando
dispongamos de espacio y algo de tiempo para atenderlo.
Un estanque bien conseguido nos
relaja, nos pone en contacto con la naturaleza y la biodiversidad, nos permite
disfrutar de las plantas acuáticas y, en algunos casos, podrá convertirse en
una piscina muy natural.
Antes de aventurarse a construir
uno es importante conocer los elementos necesarios y las técnicas que nos van a
permitir obtener los resultados esperados, pues construir un estanque no
consiste únicamente en excavar un hoyo y echar agua. Deben tenerse en cuenta diversos conceptos relacionados con la técnica constructiva, los sistemas hidráulicos,
la impermeabilización del vaso, la ubicación y diferentes profundidades, las plantas,
los peces…
Hablar de todos ellos sería
demasiado extenso para este post, por lo que hoy nos centraremos exclusivamente
en las claves del funcionamiento del sistema hidráulico.
Dependiendo del tamaño y
configuración de un estanque, variará el sistema, que podrá ser más o menos
complejo, pero existen cuatro conceptos básicos y clave que debes conocer:
1.- Llenado:
Llenaremos por completo el estanque
la primera vez, pero a partir de ese momento, no dejaremos de necesitar
suministro de agua, pues ésta se irá evaporando, sobre todo en verano. Si no
queremos estar continuamente pendientes de la bajada del nivel del agua, lo
ideal es tener el recebo automatizado y, para eso, un simple grifo con
mecanismo de boya será la solución. Este elemento podrá estar visible, pero lo
ideal es que quede oculto en una arqueta o bajo una pasarela de madera.
2.- Vaciado:
Es importante tener en cuenta que
en alguna ocasión necesitaremos vaciar el estanque por motivos de limpieza o
reparaciones, por lo que debemos dotarlo de un sumidero en su punto más bajo.
El sumidero tendrá conexión con la red de saneamiento o desagües de la parcela
y el mecanismo de apertura será con una llave de esfera. Lo ideal es que esta
llave esté fuera del estanque, en una arqueta seca, donde podamos manipularla
son facilidad.
Es importante prever los niveles de desagüe antes de su
construcción, comprobando que el nivel más bajo del estanque estará algo más
alto que el punto de desagüe más cercano. En caso contrario, habría que
recurrir a bombas de achique.
3.- Control del nivel por desagüe:
Este punto es mucho más
importante que los anteriores. Podemos prescindir de un llenado automático, de
un desagüe canalizado si asumimos que vaciaremos con cubos o bomba, pero nunca
podemos olvidar un elemento de control de nivel. Si un estanque no dispone de
este mecanismo, con las lluvias del invierno comenzará a desbordar y salirse de
sus límites, pudiendo convertirse en un problema. Al contrario que hacíamos con
el vaciado, ahora debemos colocar la boca del tubo de desagüe en el nivel más
alto del estanque, es decir, la altura a la que queramos mantener la lámina de
agua.
Simplemente dejaremos un tubo en vertical con la boca abierta justo en el
nivel máximo que deseemos y, cuando el agua alcance dicho nivel, encontrará la
salida hacia la red de desagüe. Sería interesante colocar una caperuza a la
boca del tubo, realizada con una malla o tela metálica, para no dejar pasar
hojas, ramas u otros elementos que acabarían obstruyendo la canalización. Al
igual que sucedía con los anteriores elementos, este tubo puede quedar visto,
camuflado entre las plantas acuáticas, bajo una pasarela o en una arqueta
complementaria. Si está en arqueta complementaria, éste debe ser arqueta de
nivel y estar conectada con el estanque para que el agua entre dentro.
4.- Movimiento del agua:
El agua debe moverse, pues es la
manera de mantenerla oxigenada. La circulación de produce a través de la ayuda
de bombas. Debemos colocar la toma en un extremo y realizar la expulsión en el
extremo opuesto, asegurando así el movimiento de toda el agua embalsada.
Este es el punto donde más
podríamos extendernos, pues son innumerables los sistemas existentes en el
mercado para mover el agua y con diversas funciones. A partir de la simple
recirculación, comenzamos a descubrir sistemas complementarios para generar
fuentes, cascadas, riachuelos… Existen bombas cuya función es exclusivamente introducir
aire para oxigenación, en el caso de grandes poblaciones de peces.
Es importante dotar al sistema de
bombeo de algún tipo de filtro biológico, que nos ayudará a depurar los
desechos como los excrementos de los peces y a mantener a raya las
proliferaciones de algas, consiguiendo así un equilibrio del medio.
Cada estanque y sus
configuraciones arrojarán unas necesidades de dimensionado y articulado de cada
uno de los componentes. No obstante, para pequeños estanques, podemos encontrar
en el mercado kits muy sencillos que no requieren de cálculos ni complejas
previsiones.
Detalle de arqueta complementaria al estanque, con sistema de bomba sumergible, filtro biológico, control de nivel y desagüe.
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