Nombre científico: Lavandula stoechas
Nombre común: Lavanda, cantueso
Si
buscamos un jardín mediterráneo de bajo mantenimiento, la lavanda es una de las
imprescindibles. La variedad “stoechas”
nos recuerda a los paseos por el campo, a la dehesa extremeña, a las rutas por
la sierra… y es muy adecuada, por tanto, para conseguir el efecto de jardín
silvestre.
Debemos
tener en cuenta que este arbusto está adaptado a las condiciones de alta sequedad
de los campos, por lo que debemos evitar el exceso de humedad y procurar
ubicarla en las zonas más altas y drenadas del jardín. Si la observamos en
plena naturaleza, la lavanda crece incluso en taludes, donde las aguas tienen
una rápida evacuación.
Es la planta de las dehesas, debemos recordar que necesita suelos ácidos y exposición soleada.
Su utilización puede ser en macizo, aislada o en maceta, siempre y cuando se respeten sus necesidades. Una opción muy recomendable es en combinación con otras xerófilas mediterráneas como romero, santolina, tomillo, olivilla … creando macizos arbustivos muy campestres y naturales.
Florece en primavera y puede alcanzar una altura de unos 70 cm. Sus flores se convierten en claras protagonistas por su color púrpura y el porte espigado de sus ramificaciones. Es muy aromática.
Existen otras variedades de lavanda como la angustifolia, pedunculata o latifolia.
Si se cortan los tallos en flor, se atan en ramillete y se dejan secar boca abajo, se consiguen unas flores secas preciosas para adornar, por ejemplo, la cocina de nuestra casa.
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