Llevo muchos años defendiendo la casa-jardín y los proyectos de
arquitectura que incorporan el paisaje desde los inicios del diseño. Como
arquitecto me interesó mucho desde siempre reflexionar sobre cómo debe
producirse esta asociación, convencido de que no se trata de hacer un
proyecto de una vivienda y después un jardín. Todo debe fluir de manera
diferente a como hemos estado acostumbrados por tradición...eso de pensar
"ya contrataré al del césped" pasó a la historia.
Y no es que estemos aprendiendo ahora a hacer arquitectura del paisaje con
las actuales tendencias hacia la sostenibilidad y el cuidado del
medioambiente. La sociedad y su arquitectura ya estuvieron muy concienciadas
en otras épocas y ha sido la acelerada vida moderna la que poco a poco nos
fue sumergiendo en el olvido a la naturaleza.
Arquitectos clásicos como Frank Lloid Wright o Le Corbusier ya fueron unos
convencidos del binomio Arquitectura + Paisaje, siendo incluso el segundo el
precursor de la teoría de la "quinta fachada", refiriéndose así a la
cubierta transformada en espacio aprovechable y ajardinado.
Pero podríamos remontarnos a épocas más lejanas y llegar hasta la casa
romana, comprobando que ya nuestros ancestros habían reflexionado mucho
sobre el hogar ajardinado y la importancia de la transición de espacios
intermedios.
Últimamente estoy leyendo multitud de artículos que describen cómo debe ser
la nueva vivienda tras la pandemia, como respuesta a las carencias que
muchos han sentido durante este periodo traumático sufrido en todo el
planeta y es evidente que estamos reflexionando. Pero percibo que muchas de
estas reflexiones se quedan en lo anecdótico, en el decorado, sin entrar
realmente en el verdadero fondo de la cuestión.
Por supuesto que las viviendas deben ser más verdes y para ello lo
inmediato es irnos al vivero a por plantas o preparar la terraza que
teníamos desatendida. Totalmente de acuerdo en la belleza de un jardín
vertical y en cómo puede enriquecer un espacio sin necesidad de poseer un
terreno en horizontal. Todo esto está muy bien y debe ser tenido en cuenta,
pero no son más que complementos o pinceladas finales a lo que realmente
podría llegar a ser una casa-jardín.
Evidentemente, en un apartamento no tendremos capacidad de maniobra, pero
si estás pensando en hacer tu nueva casa o reformar una con posibilidades de
configuración de espacios exteriores, te pueden servir estos consejos:
Si tuviera que resumir al máximo el concepto diría que el secreto está en
la transición de espacios.
Debemos desdibujar la línea divisoria entre el exterior y el interior,
configurando recorridos intermedios que nos sumerjan poco a poco en la
arquitectura al entrar y en el paisaje al salir.
Fórmulas magistrales no existen y precisamente ese es uno de los alicientes
de la arquitectura, pero algunas pistas podemos dar para colocarnos en la
senda del camino acertado.
Recuperar el concepto del zaguán podría ser una de las normas de obligado
cumplimiento. Retranquear las viviendas para dotarlas en los accesos de
recorridos intermedios no calefactados pero protegidos de la lluvia.
Recorridos que ya nos resguardan, pero que aún nos permiten sentir el
contacto con el exterior, donde se perciban corrientes de aire, se mantenga
el contacto con las plantas y se sienta el olor a tierra mojada.
Otra estrategia muy recomendable es la de introducir pequeños patios de luz
ajardinados en algunas estancias. Una caja acristalada en un salón que nos
regale luz indirecta y el frescor de un pequeño árbol acompañado de
arbustivas puede ser una auténtica joya para disfrutar en nuestro
diario.
La luz es un componente esencial en la arquitectura, pudiendo considerarse
parte de la misma. Un buen proyecto debe jugar con ella a introducirla
sutilmente y con esta estrategia podemos enriquecer cajas de escaleras,
pasillos y hasta cuartos de baño.
Unos dormitorios con vistas a jardines exclusivamente diseñados para ellos
pueden resultar el mejor cargador de pilas. No es lo mismo que se vea el
jardín (cosa que no está nada mal) a que se vea un jardín especialmente
diseñado como telón de fondo para el dormitorio. Auténticos escenarios
verdes teatralizados y estudiados con mimo, con iluminación controlada desde
el interior de cada estancia. Al ir por la noche al dormitorio podemos
encender nuestro trocito de jardín hasta el momento de dormir y contribuir
así a la preparación del sueño.
En esta adaptación de la arquitectura hacia el paisaje estaría también la
transformación de ciertas piezas arquitectónicas, que acaban siendo
jardineras integradas en el propio diseño. Soy consciente de que este tipo
de soluciones dan un poco de miedo por el posible riesgo de humedades
futuras. Evidentemente hay que conocer muy bien las correctas soluciones
constructivas para configurar estos elementos y haciendo las cosas bien no
existe ningún problema.
Una vez que hayamos intervenido a este nivel tendremos una verdadera casa
jardín. Ahora es el momento de pensar en rellenar cada hueco de vida con
plantas, de armar una pared con un jardín vertical, incorporar una cubierta
vegetal...ahora sí, es el momento de las pinceladas finales.
Y hablando de plantas, sepamos que con el conocimiento adecuado de las
mismas también podemos conseguir resultados sorprendentes. De igual manera
que, por ejemplo, no cualquier tipo de árbol puede plantarse cerca de una
vivienda sin provocar problemas por la agresividad de sus raíces, sabiendo
seleccionar especies podemos mejorar no sólo la composición estética, sino
la eficiencia energética del funcionamiento del conjunto.
Un árbol de hoja caduca estratégicamente ubicado puede proteger del sol en
verano un dormitorio, dejando que la pared de ese mismo cerramiento reciba
los rayos del sol en invierno. ¡Son tantas la posibilidades que ofrece el
paisaje asociado a la arquitectura!.
Jugar con los cromatismos en otoño puede llegar a ser la mejor sesión de
fuegos artificiales. Hay árboles que se tornan de color rojo antes de perder
sus hojas, de igual manera que otros se vuelven amarillos o de color
naranja. La combinación de especies provocará la magia llegado el
momento.
Por supuesto, debemos ir siempre por la senda de la sostenibilidad. Es algo
que llevo haciendo desde hace muchos años en mis proyectos. La utilización
de especies de bajo mantenimiento debe ser la norma.
Existe la creencia de que el bajo mantenimiento es el reducido consumo de
agua. Pues en cierta parte sí, pero también son las reducidas necesidades de
poda, con el mínimo riesgo de enfermedades, bajo nivel de suciedad por
frutos que manchen...
Y hablando de la suciedad que puedan provocar las plantas, será fundamental
saber qué podemos y qué no debemos plantar cerca de una piscina. Tanto por
la suciedad que podamos provocar en el agua como por las proyecciones de
sombra.
Esto del paisaje integrado en la arquitectura es todo un mundo, ¿verdad?.
Es apasionante y a mí me atrapó hace ya muchos años. Hay tanto que contar,
que este artículo podría ser interminable. ¿Sabías que con la combinación
correcta de plantas podemos conseguir atraer a las mariposas?.
En fin, lo dicho, todo un mundo donde sumergirse para dar un poco más de
sentido a nuestras vidas...
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Mi nombre es Ángel Méndez, arquitecto y paisajista apasionado de la
creación de espacios con magia. Te invito a seguir este blog y a echar
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