Es muy común la idea de que las actividades que requieren de un proceso creativo deben ejercitarse dejándose llevar por la imaginación y aprovechando los momentos de inspiración.
Aunque
pueda parecer una paradoja, cuando diseñamos un jardín no debemos comenzar por
las variedades de plantas que pretendamos utilizar en las composiciones, al
margen de que ya tengamos en mente alguna idea concreta que nos haya venido a
la cabeza. Los primeros pasos deben ir encaminados a conocer el lugar, sus
condicionantes y necesidades, así como las pretensiones de quien lo vaya a
disfrutar. Es importante vivir ese espacio, recorrerlo, pensarlo desde todos
sus ángulos e imaginarlo en las diferentes épocas del año. Será importante
conocer el entorno del lugar, saber si se deben ocultar algunas vistas o, por
lo contrario potenciarlas. Debemos entrar en la edificación para ver el
exterior desde sus estancias, pues ésta será una forma más de disfrutar el
jardín cuando esté terminado.
Una vez
que comencemos el proceso de dibujo debemos pensar en global, dejando aparcados
en un primer momento los pormenores del diseño; nos interesa descifrar las
zonas o estancias que tendrán los espacios y cómo se transitará a través de
ellas. Es por ello que aparece unos de los primeros conceptos de peso en la
concepción de exteriores: las circulaciones.
En un
jardín, al igual que en una edificación, debemos prestar mucha atención a cómo
van a transitar los usuarios por sus diferentes recorridos. Un correcto
análisis nos dará las claves para decidir el trazado de las zonas de paso, las
diferentes estancias y la interrelación entre las mismas. El primer boceto será
algo tan sencillo como un croquis conceptual donde se marquen esas zonas y se
anoten las directrices de la actuación. Nunca debemos olvidar marcar el Norte y
trabajar a escala.
A partir de ese primer esbozo, ya podremos ir trabajando por zonas, desgranando cada una de ellas para sacarles el mayor partido y concretando niveles, materiales o elementos constructivos. A lo largo de sucesivos artículos, iremos viendo cómo conseguirlo con ejemplos más concretos.
Podríamos
resumir que los primeros pasos del proceso creativo de un jardín, son:
-
Toma de datos completa: tanto del ámbito de actuación como de su
entorno.
-
Análisis de necesidades, problemas y metas a conseguir.
-
Descifrado o decisión de las diferentes zonas o estancias.
-
Estudio de las circulaciones o recorridos.
Estos
mismos puntos llevados a la generalidad del proceso de creación en cualquier
disciplina creativa serían:
-
Toma de datos
-
Análisis de necesidades, problemas y metas a conseguir
-
Planteamiento de un modelo base
-
Reflexión sobre su utilización
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